Si eres amante del vino, sabes que no hay nada como disfrutar una copa en el mismo lugar donde fue producida. Rodeado de viñedos, con el paisaje como telón de fondo y conociendo de cerca el proceso, el vino se transforma en una experiencia sensorial completa. Por eso, si estás buscando un viaje distinto, que combine naturaleza, cultura y buena mesa, visitar alguna zona vitivinícola puede ser el plan ideal.
Te presentamos tres destinos donde el vino es protagonista, y donde puedes vivir una experiencia única de enoturismo.
El primero de los destinos no podía estar en otro lugar que en nuestro propio país. El Valle de Colchagua, en la Región de O’Higgins, es uno de los lugares más destacados de Chile para hacer enoturismo. A solo dos horas al sur de Santiago, este valle es conocido por sus tintos intensos, especialmente el carmenere y el cabernet sauvignon, que han conquistado paladares en todo el mundo.
Aquí puedes visitar reconocidas viñas como Viu Manent, Montes, Lapostolle o Santa Cruz, muchas de las cuales ofrecen recorridos guiados, degustaciones e incluso paseos en bicicleta o carruaje por los viñedos. Algunas también tienen restaurantes de primer nivel, spas y alojamientos boutique, por lo que es posible hacer una escapada de fin de semana completa sin tener que ir demasiado lejos.
Una buena época para visitar Colchagua es entre marzo y mayo, cuando se celebra la vendimia y el valle se tiñe de colores otoñales. Si te interesa vivir esa experiencia, puedes revisar también nuestra nota sobre los mejores destinos para visitar en otoño y encontrar opciones con descuentos en esa temporada.
Además, puedes combinar tu visita al valle con una escapada a la costa, ya que Pichilemu, una de las playas más atractivas de la zona central, está a poco más de una hora en auto desde Santa Cruz.
Del otro lado de la cordillera, Mendoza se ha convertido en sinónimo de vino. Esta ciudad argentina, ubicada a los pies de los Andes, es considerada la capital del malbec y uno de los centros enoturísticos más importantes de Sudamérica.
El clima seco, los suelos pedregosos y la amplitud térmica favorecen el cultivo de uvas de alta calidad. En la zona se encuentran más de mil bodegas, muchas de las cuales están abiertas al turismo y ofrecen degustaciones, almuerzos maridados, paseos en bicicleta y experiencias inmersivas que permiten conocer todo sobre el proceso de elaboración del vino.
Uno de los imperdibles es la región de Luján de Cuyo, a pocos minutos de la ciudad, donde destacan bodegas como Catena Zapata, Norton o Luigi Bosca. También vale la pena visitar el Valle de Uco, a unos 100 km al sur, donde el paisaje de viñedos con el Aconcagua de fondo es simplemente espectacular.
Mendoza también ofrece una gran infraestructura para turistas: desde hoteles boutique hasta resorts cinco estrellas, y una gastronomía de primer nivel que combina tradición local con cocina contemporánea. Si estás pensando en una escapada internacional, puedes revisar los precios de vuelos a Mendoza desde Chile y encontrar buenas fechas para cruzar la cordillera sin gastar de más.
Si tienes la posibilidad de viajar a Europa y te gustaría sumergirte en un viaje de vino con historia, entonces el Valle del Loira, en Francia, puede ser el destino perfecto. Esta región es Patrimonio Mundial de la UNESCO y combina viñedos centenarios con castillos renacentistas, pueblos medievales y una tradición vinícola que se remonta a siglos.
El Loira es especialmente conocido por sus vinos blancos y espumantes, como el sauvignon blanc y el chenin blanc, además de tintos suaves elaborados con gamay o cabernet franc. Puedes recorrer las bodegas de zonas como Sancerre, Vouvray o Saumur, y participar de degustaciones guiadas en antiguos châteaux reconvertidos en viñedos boutique.
La experiencia en el Loira no es solo sobre el vino: es también sobre el ritmo pausado, la belleza de los paisajes y la historia que se respira en cada rincón. Es ideal para quienes disfrutan de un turismo más tranquilo, con tiempo para caminar, explorar y dejarse sorprender. Desde París, puedes llegar en tren en menos de dos horas, lo que lo hace una escapada perfecta dentro de un viaje más largo por Europa.
Si estás considerando unas vacaciones por el viejo continente, puedes revisa ya vuelos a Francia y compara destinos cercanos que también ofrecen experiencias gastronómicas inolvidables.
El enoturismo se ha consolidado en los últimos años como una forma distinta de viajar. No solo se trata de probar vino: es una forma de conocer una cultura, su gente, su geografía y sus tradiciones a través de los sentidos. Además, muchas bodegas están incorporando propuestas sostenibles, experiencias para toda la familia y actividades alternativas como clases de cocina, caminatas o alojamiento en medio de los viñedos.
Viajar por vino es una excusa perfecta para descubrir nuevos paisajes, disfrutar de buena compañía y dejarte sorprender por sabores y aromas únicos. Desde el clásico Valle de Colchagua en Chile, pasando por los paisajes mendocinos a los pies de los Andes, hasta los viñedos franceses rodeados de castillos, cada destino ofrece una experiencia distinta para quienes buscan algo más que turismo tradicional.
Si ya estás pensando en tu próximo viaje, considera incluir alguna de estas regiones en tu itinerario.